viernes, 23 de octubre de 2015

MARCELO MARCOLÍN (POETA)

El 3 de setiembre de 2011, hace cuatro años murió un poeta "sin pausas de silencios, sus palabras se escurren de las emociones que atraviesan a los hombres en la vida; a unos los despabilan a otros los abaten", Marcelo Marcolín, tenía 54 años. El pueblo no se quedó sin palabras, están sus libros y la memoria de quienes nos consideramos sus amigos de la vida. Hay hombres que son escuela en su pensamiento.
Esta entrevista se le hizo en el programa "Retratos en la Ciudad" de Cristina Oller y Ricardo Debeljuh en diciembre de 2004, ya hace 11 años.

RETRATOS EN LA CIUDAD
CRISTINA OLLER.- Le pedimos el saludo a nuestro invitado de hoy el poeta Marcelo Marcolín, un señor que ha publicado varios libros, revistas y que tiene mucho que ver con el quehacer cultural subterráneo desde hace mucho y sigue sosteniendo esa postura.
MARCELO MARCOLÍN.- Buenas noches. Muy contento de compartir con ustedes este espacio. 
RICARDO DEBELJUH.- Vamos a compartir “Que el viento borró tus manos” por Almendra un tema de Emilio del Güercio, un conocido de Marcelo Marcolín.
... ... ... 
R.D.- Contanos cómo fueron aquellos años setentistas y cómo se despertaron en vos tus inquietudes. 
M. M.- Nosotros, el Movimiento Subterráneo, veníamos con una influencia muy grande de lo que era el rock nacional y los beatniks
norteamericanos. En Plaza España hace apenas 32 años, se empiezan a juntar poetas, náufragos como les decíamos nosotros, a tocar la guitarra e intercambiar poemas escritos a máquina. Allí comienzan las primeras publicaciones con una influencia de una parte de la generación del 60, que estaba dividida en dos desde lo ideológico. Amigos que mantengo, que tenían una actitud contestaría desde la poesía como fue el grupo “Barrilete” con Santoro que está desaparecido, Marcos Silver, mi amigo; Carlos Patiño, otro amigo más, Gelman... Y otra parte llamados los “Mufados”, entre los que estaba Miguel Grimberg, que venía documentando desde los comienzos no sólo el rock nacional – la
época de La Cueva que fue el embrión del rock nacional - sino el de EEUU. Grimberg y su grupo hacían una revista que se llamaba “Ecos contemporáneos” y existía otra que se llamaba “Contracultura”. De ahí surge la idea de hacer revistas - en un comienzo se llamaba alternativas y luego subterráneas pues no se hacía únicamente contracultura sino que habiendo llegado los años duros de la dictadura circulaban por abajo - y que no eran sólo literarias; teníamos temas como la ecología cuando aún no se hablaba de eso. Esas revistas fueron las primeras que tocaron el tema. E incluso hubo revistas subterráneas ecologistas. En aquellos años hubo una represión dura de la policía en Plaza España y “Aquelarre” responde con el tema “Violencia en el Parque” De allí se pasa al Parque Rivadavia, al Parque Centenario y producido el golpe del 76 se acabaron los parques. Entonces comienza la otra movida, vía postal. Era grandiosa la red que habíamos tejido en todo el país y en los cinco Continentes. En el peor momento de la represión, que fue previo al mundial 78 con la consigna de limpiar
el país, había poco más de 300 publicaciones alternativas en la Argentina. Muchas zafando del control de los milicos y, así y todo, hubieron desaparecidos como Federico Quintana y compañeros poetas que estuvieron presos muchos años como Rafael Restaino y Jorge Reboredo que estuvo ocho años y cuando salió se suicidó, pero en realidad es como que lo mataron antes. Este movimiento tenía grandes diferencias con los sectores de la cultura y de la literatura política por eso no estamos en los libros y no se ha escrito nada sobre esto porque no acatábamos sus pautas. Sin embargo, tomábamos partido y muy fuerte. Recuerdo una palabras de Carlos Patiño en una autocrítica que él se hace en un encuentro de poesía donde dice: “Yo me exilié y cuando volví a la Argentina, reencontré la poesía, porque había unos locos que mientras yo estaba afuera mantuvieron la poesía viva como en un calefón la llama del piloto, entonces cuando llegó la democracia el calefón logró encenderse”.

Para nosotros con la vuelta a la democracia termina el movimiento subterráneo. Poco a poco se fue diluyendo, porque habíamos crecido, teníamos otros compromisos personales, teníamos militancia política. Yo la tuve y la sigo teniendo. Lo que quedó fue la esencia. Por la experiencia de lo beatniks norteamericanos nuestra historia pasaba por ir en tren de un pueblo a otro, a dedo, haciendo encuentros de poesía en plazas. Íbamos a Los Cardales de allí a Pergamino, a Santa Fe. Una vez hicimos un encuentro donde vino gente de Chubut. Toda la comunicación era vía postal. Fijamos una fecha para dentro de tres o cuatro meses, un lugar y ahí concurríamos. 
R.D.- Qué tarea dura, porque hoy con el correo electrónico donde hay hasta camaritas para ver la imagen del receptor es mucho más fácil y rápido llegar a todos lados. 
M. M.- Así es. Y, previniendo, sacábamos casillas de correo cuando nos encontrábamos que la correspondencia estaba abierta. Es verdad lo que decís sobre la comunicación hoy, nosotros esperábamos una carta de Noruega hasta seis meses. Pero era lindo el ritual de recibir y enviar cartas. 
C.O.- ¿Cuándo te afincaste en Quilmes? 
M. M.- Hace veinte años calculo. De pibe viví en Berazategui. Viví en muchos lados. 
C.O.- Contanos que tuviste que ver con la tapa de un disco, esa recopilación de temas tan lindos de Julio Lacarra que andaba haciendo falta en las bateas. Sabemos que es un trabajo de Oliveira. 
M. M.- Si son 19 temas se llama: “Julio Lacarra, un animal que canta y sueña” como el ciclo que está haciendo en el bar Tuñón y como la canción que él musicalizó de Armando Tejada Gómez. Yo trabajo con Julio diseñando desde hace tiempo y lo hice basado en una obra de Manuela Oliveira “Animalesco”. Es muy fácil trabajar cuando se tiene elementos de esa calidad. 
C.O.- También tuviste que ver con “Ejes del Sudeste”, la revista donde Julio estuvo varias veces, pues él siempre tiene tanto que contar. Con las actividades de “El Rodeo” y toda la movida cultural y social. 
M. M.- Si, ahora estamos armando un nuevo número con mucho esfuerzo en una situación económica que no es providencial para la cultura. Insertamos todo lo que en estos temas acontece en Quilmes y en Berazategui, allí desde el gran apoyo del municipio,  porque en Quilmes la cultura la sostienen los emprendimientos privados. ¡Hay 22 cafés literarios! 
R.D.- ¿Cómo fue tu desarrollo como escritor? 
M. M.- La influencia de pertenecer a un movimiento marca. Se vivía en un estado poético. La literatura para mí, y sobre todo la poesía, fue una elección en mi vida.  Nunca hice una poesía panfletaria. Trabajé mucho las imágenes. Un amigo decía que en los 70, los 80, la metáfora fue una necesidad. Creo que en poesía tengo un acercamiento a lo sensorial lo erótico. Esa es mi literatura. 
R.D.- ¿Con qué autores te identificás? 
M. M.- Me marcaron fuerte los integrantes de la generación beatnik norteamericana: Allen Ginsbourg, Berlingeti, Jack Guelbar que se me cruzaban con Antonin Artaud, Rimbaud, se me hacía un cocktail en la cabeza. Y los latinoamericanos: Vallejo, Neruda, Cortazar, aunque hay muy poca de su poesía. Cortazar me incluye mucho. 
R.D.- Estás trabajando en pos de una novela ¿Verdad? ¿Cuál es la temática? 
M. M.- Es ficción con muchos datos históricos de nuestra Argentina. Sucede entre los años 40 y 60. por ahora es un ejercicio porque nunca logré que aparezca el motivo de una novela. Escribí un cuento que se me hizo muy largo lo empecé a fraccionar y Patiño me dijo, esta es la novela. 
C.O.- Claro, como él le sucedió con la “Pallamay”. Y tus obras publicadas son: “Breves”, “La primera letra”, “El fantasma y los otros” (1978), “La coronación del príncipe mudo”(1980), “Matecocido” (1984), “Ángeles clandestinos”, “Siestas de Wincofón” (1999), “ Estrella de sal” (2001), “Esperando el último tren a Cañuelas” (2002) y estás  preparando para el 2005, “El viejo automóvil de los sueños”[1]. Además, estás en distintas antologías, escribiste columnas con cierta continuidad, leíste trabajos en nuestro país y en el extranjero ¿Dónde precisamente? 
M. M.- En Uruguay, en Nicaragua, en Brasil. Fue una experiencia muy linda, sobre todo en Nicaragua que es un país de volcanes, lagos y poetas. Fui recopilado en los lugares que anduve poemas de la gente. Es interesante la cantidad de poetas que surgen de todos los rincones de ese maravilloso y dolido país.
C.O.- De “Esperando el último tren a Cañuelas” voy a leer “Rostros en el viento”. Elegido al azar. 
Las sombras del Empir State se  asoman por la esquina de casa
Los soles de Costa Rica penetran por la ventana de la cocina
Los Pirineos se divisan desde el patio.
El rumor de la mañana despierta ensueños sobre los hombres.
Los cuerpos de agua han viajado desde la lejanía hasta el baño.
Nadie vendrá por la taza de café.
Nadie asomará su rostro en el espejo azul.
Los carteles de la ciudad anuncian una nueva historia  en el siglo.
Lejos del alma, el poema renace entre gritos indígenas y marcas aladas.
Copérnico tu capa roja entre las sombras del pasillo.
Tu mano rota entre las estatuas de viento.
Y vos, una estrella fugaz entre la multitud de cera. 
C.O.- ¿Qué te pareció el Encuentro Nacional de Poesía Quilmes 2004? 
M.M.- Participé. Fue una puesta interesante. La poesía es la cenicienta de la literatura y que se haya alcanzado esta apuesta tan trascendente por parte de Artenpie con el apoyo de la UNQUI, que le dio un marco diferente, académico. Lastima que los medios no se hicieron eco como deberían.
R.D.- ¿Qué te resulta más fácil, más cómodo, escribir desde la alegría o desde la tristeza? 
M.M.- Uno escribe en un estado de ánimo determinado no sé que es más fácil. Aunque sería más lindo escribir siempre sobre la alegría pero la tristeza influye. Me gusta la alegría. 
C.O.- ¿Qué pasará el 27 de noviembre en Caseros 1750, Centro Cultural del Sur, a las 20:30? 
M.M. – Se conmemoran los 30 años de la aparición de la revista “Mitomanía” una del las pioneras y la que más perduró de lo que fue la prensa subterránea de la que fui parte del equipo editor. Allí nos juntaremos unos cuantos poetas como Grimberg, Pipo Alernú, Daniel Ser, Luisa Aguirre, Bedo Baldi, más la música de Rodolfo García un ex Almendra - Aquellarre, Emilio del Güercio otro ex Almendra ya alguna sorpresita para homenajear a la poesía subterránea con músicos que le darán color a la cosa. El espectáculo se llama “Soplando en el viento”. Porque en el primer numero de “Mitomanía” la contratapa tenía la traducción de ese tema de Bob Dylan 
R-D.- Son nombres que integraron esa movida de artistas que  conmovieron a decenas de miles de jóvenes y, aún ya escuche mucho o poco, la música de Almendra o Aquellarre a muchos de nosotros nos quedó vivo el espíritu de esos años.
M. M.- En caso de Almedra todo lo que surge a partir de ellos, particularmente de Spineta, su trayectoria a través del tiempo fue demarcatoria. No se limitó a grabar un disco y ser conocido. Hay un artista completo en Spineta. 
R.D.- Exactamente. Vos antes nombraste a Artaud y Spineta sacó un disco basado en sus lecturas de ese poeta. Fue una de las maravillas del rock nacional. 
M. M.- En ese disco hay un tema que considero uno de los mejores del rock nacional, “Cantata”. 
C.O.- Contanos sobre “El ojo de la ballena”. 
M. M.- Fue una publicación que surge en el 78. Originalmente le iba a poner La ballena, pero surgió otro grupo que motivado por una gran matanza de ballenas tomó ese nombre, entonces opté por “El ojo de la ballena”, porque tenía vuelo. Tuvo distintos formatos. Fue tríptico, fue revista, fue mini carpeta de 10 x 10 y fue una editorial. Desde el 78 a la fecha se mantiene. Siempre hago algo con “El ojo de la ballena”. Lo último, el 14 de febrero de este año, fue una pequeña antología que hice en una especie de carpeta compacto de distribución gratuita, en conmemoración de Pajarito Sánchez, un poeta de Quilmes desaparecido. Hicimos un homenaje en El Monje. Ahora estoy haciendo señaladores y difundo distintos poetas. Salieron de Patiño, de Marcos Silver. “El ojo de la ballena” es una revista o ediciones por la poesía, no de poesía. Esa es la apuesta. 
C.O.- Ahora nos podrías leer vos, Marcelo. 
M. M..- De “El viejo automóvil de los sueños”, que va a salir en marzo o abril, “Numérica”. 
Todo su cuerpo son números:
             números espaciales perpetuamente tatuados.
A veces con forma de pelo, otra de ojos
            y muchas tantas de dientes.
Ella discute la matemática casi como una constante
y se convierte en sombra del uno, del dos
y demasiadas veces, como cinco,
                         del cinco.
Uno saborea su parte 62
y descubre el 25 en el inmenso placer
que otorga jugar en el 36.
Ella calma los números
                                     desvela incógnitas,
se enloquece a través del 57
               y se hunde en el éxtasis que el 22 le provoca.
Me muerde el 18.
Me mira el 14.
Me perfuma el 51.
veces la quise.
veces morí por ella.
                         20  veces la espero.
Sé que estoy en sus números:
           en el lugar del 27 ( o sea  en su corazón)
Por eso voy de un lugar a otro de sus álgebras
              sangrando ecuaciones imperfectas.
40 veces sueño en sus sueños,
eternamente resto pasiones a su pasado.
infinitamente deambulo por el futuro de sus propios laberintos
en la enésima pasión que su cuerpo otorga. 
R.D. – Poema del un libro que saldrá el año próximo. 
M. M.- Si publicado por una editorial que es una cooperativa de trabajo integrada por mucha gente joven, que se llama “Flor de cardo”. El año próximo largará una serie de poetas, escritores y yo con este libro. 
R.D.- Después de ese libro que sigue. 
M. M.- Seguir en la ruta. Como hasta ahora. Sin que nadie me perturbe. Haciendo encuentros de poesía, comunicándome, escribiendo. Dejar algo en el camino. Y el sábado 27 estaré en el Centro Cultural del Sur. 
R.D.- Gracias por estar acá y esta puerta sigue abierta para vos. 
M. M.- Gracias a ustedes, fundamentalmente porque gente como ustedes a través de estos espacios van reconstruyendo poco a poco lo que es nuestra cultura y nuestra memoria.

 Entrevista: Cristina Oller y Ricardo debeljuh
Desgrabación:_ Chalo Agnelli 
Director del blog
VER:

Ver en EL QUILMERO del sábado, 3 de diciembre de 2011, MARCELO MARCOLÍN - NO HAY SILENCIOS, SI HAY POESÍA http://elquilmero.blogspot.com.ar/2011/12/marcelo-marcolin-no-hay-silencios-si.html


NOTAS

[1] Se presentó el jueves 14 de mayo del 2005 en Casa de Arte Doña Rosa, con la presencia de Ricardo Maneiro, Carlos Patiño y Néstor Arias. Lecturas a cargo de Cristina Oller.